LA VIOLENCIA Y AGRESIÓN EN TIEMPOS DE
AVANCES
"Somos seres agresivos pero emocionales, somos seres violentos, pero humanos... racionales y sociales, por naturaleza sabemos cómo convivir en armonía y melodías blancas como negras...contemplo los asesinatos como forma de equilibrar la población, pero una forma inhumana, apresurada, para sobrevivir dirían los delincuentes, aquellos que no han sabido del sentimiento del ser "humano" o que lo han sufrido y fueron "deshumanizados", aquellos que son considerados las "lacras" los hijos de una sociedad putrefacta."
Gabriel Cabrera Ysla.
Introducción
La violencia es tal vez la
principal razón por la cual el cambiar la forma de educar es una preocupación
para mí, ver tantos actos "inhumanos" desde atacar a otros seres
humanos a atacar animales o amaestrarlos conductualmente para las peleas, las
carreras, etc., ver como día tras día en las noticias, en las redes sociales
encontramos hechos preocupantes, hechos
que desde hace ya muchos años lo visualizo desde la perspectiva en como es este
sistema educativo basado en un diseño "penitenciario" por qué se
ingresa a una determinada hora a las aulas, hay un timbre para ello, un timbre
para el refrigerio y otros más para que ingresen y para su hora de salida,
uniformes escolares, cabellos atados, vigilantes que aseguran que los alumnos
no "escapen”, ubicados por edades,
aulas monótonas, un profesor que dirige a una orquesta a la cual les
arrebataron sus instrumentos (poda sináptica
por poca utilización de los instrumentos de “creatividad"), una escuela
"ploma" donde no hay motivación tantas veces extrínseca como intrínseca.
El abordaje de temas de poco interés
con el afán de "hacerlos mejor" pero en matemática y comunicación,
pruebas constantes no solo al alumno también a los docentes, la falta de autonomía
del profesor...la falta de empoderamiento del maestro y el sistema que solo busca
incluirnos a la economía activa y no a una sociedad colaborativa.
No olvidemos mencionar la
sociedad, la familia, los medios televisivos, las formas de diversión social,
la pobreza, el maltrato de toda índole, la inmigración, la poca
descentralización.
Nace una pregunta ¿Una buena educación
desde el plano neurocientifico desde el
preescolar cambiaría nuestra realidad? para mi es si y pienso drásticamente que
es la educación única forma de obtener resultados.
La violencia avanza a paso firme con la tecnología, hace más visible las
diferentes formas de violencia.
Ahora bien hablemos de
neurociencias y conducta agresiva
Diferentes estudios enfocados al
estudio de la violencia y la agresión exploran la semántica de la agresión por
las similitudes que se encuentran entre sí. Salas (2008) señala la existencia
de estudios que consideran la agresión como daño físico sin diferencias a otros
tipos de agresión por lo que es necesario "un estudio semántico que aporte
algo nuevo al conocimiento de la violencia que no sea a partir de observaciones
conductuales o mediaciones físicas de recursos" (Salas, 2008, p.333).
Para definir el concepto de agresión,
se toman en cuenta aspectos de conducta y de intencionalidad. Según Salas
(2008, p.33) la agresión es "una conducta destructiva o punitiva dirigida
hacia una persona u objeto" lo que suele interpretarse como una conducta
que persigue causar un daño personal. Entendida así, la agresión es un acto
intencional para causar dolor, físico o mental, a otros. Port otro lado, para
atribuir agresividad a un acto se consideran los siguientes criterios:
intencionalidad, grado del daño, la causa (ofensivo y defensivo) y el método.
La agresividad es la inclinación a actuar de forma agresiva pudiéndose
distinguir entre la agresividad como un estado, una inclinación momentánea o
como un rasgo de personalidad, que es algo más profundo y permanente
(Bjöerkqvist, 1997).
La diferencia entre agresividad y
agresión consiste en que la agresión es "(...) un acto en si, como una
conducta palpable y efectiva (...) y la agresividad es la tendencia inicial que
puede dar lugar a una agresión posterior"(Duran, 2004, p.18). Viéndolo de
esta forma, la agresividad seria la cualidad que se atribuye a los sujetos que
son capaces de cometer actos agresivos, y por tanto, algo subyacente a la
conducta agresiva.
Para Cereza (2009) la expresión
agresividad se emplea de muchas formas y sentidos diferentes. Parece ser
agresividad el llanto y desespero de un pequeño que clama por su leche o las
patadas de un compañero a otro para
conseguir un juguete. Para esta autora la agresividad se manifiesta de manera
encubierta e indirecta en donde aparecen conductas que encubren la negación de
ciertas condiciones, que no quiere asumir directamente. En este sentido, y
siguiendo a Cerezo (2009), la agresividad podría resumirse de forma esquemática
en la secuencia siguiente: surge la idea, se crea el sentimiento y aparece la
tendencia de comportamiento. El comportamiento agresivo aparece como una asociación
interna afectivo-cognitiva que representa determinada situación, la elaboración
de atribuciones hostiles y la aparición del comportamiento agresivo. Dentro de
toda esta discusión de conceptos, semántica y análisis lo más importante es
tener el conocimiento exacto del fenómeno de manera que se pueda percibir con
mayor claridad para tener el norte hacia
donde intervenir (Fernandez, García y Benítez, 2006).
La agresión es un acto
habitualmente unido a las emociones y de forma específica a la ira o la rabia.
De esta forma, las emociones son precursoras de la agresión. Según Caurcel
(2009) la ira es una de las emociones más vinculadas a la agresión convirtiéndose
en una de las características más atribuidas a la agresión reactiva. La ira
asociada a las atribuciones hostiles afecta el comportamiento ante situaciones
ambiguas. Sin embargo, un acto agresivo no
necesita de ira o rabia para que se produzca. Es posible agredir con sangre fría.
Se diferencia habitualmente entre agresiones emocionalmente determinadas, y
agresiones instrumentales (Caurcel, 2009). Tal como señala Lagerspetz (citado
en Bjöerkqvist, 1997) existen otras emociones en relacion con agresión
sugiriendo como ejemplo que la emoción mas común entre soldados en guerra no es
la rabia si no el miedo. La rabia puede llevar a actos de agresión, pero no
necesariamente.
Experimentamos rabia, tal vez a
diario, pero si la rabia se usa para actos agresivos, o en una forma más
constructiva, depende del aprendizaje.
Agresión reactiva y agresión
proactiva
Chaux (2003) refiriéndose a
Bandura, Señala que los comportamientos violentos experimentados por niños y adolescentes son
reproducidos en sus relaciones interpersonales. Los niños y adolescentes imitan
dichas conductas integrándolas de forma estable en su forma de actuar,
perpetuando así el ciclo de violencia y, provocando una agresión reactiva
definida como "el uso de la agresión como respuesta ante una ofensa real o
percibida" (Chaux, 2003. p.49) que se caracteriza por la impulsividad, los
altos niveles de activación neurovegetariana y reactividad emocional (Andreu,
2009; Dodge, 1991; Vitaro, Brengden y Treblay , 2002). La agresividad reactiva
se hace efectiva a través de comportamientos originados por emociones y cuyo propósito
está dirigido a dañar intencionalmente el objeto que se percibe como causante
del dolor y la provocación (Andreu, 2009; Andreu, Ramírez y Raine; Cerezo,
2009; Cosi. Vigil-Colet y Canal, 2009).
Para Chaux (2003, p.49), los
adolescentes agresivos reactivos son "en general rechazados, aislados y
tienen un estatus social bajo en sus grupos "no tienen muchos amigos".
Los agresores reactivos
justifican la agresión hacia los demás argumentando que el ataque es la forma
de vengar la "ofensa" recibida. En esta sentido, consideran a la víctima
como culpable de la situación creada y a
ellos mismos como víctimas. Este hecho coincide con lo que Caurcel, (2009)
denomina la agresión "en caliente". En contraposición a la
agresividad reactiva, la agresividad proactiva o premeditada no surge de
actitudes defensivas, si no persigue adquirir seguridad, dominio o jerarquía
dentro del grupo (Scheithauer, Hayer, Peterman y Jugert, 2006; Tedeschi y
Felson, 1994). Existen estudios que intentan distinguir los diferentes modelos
a utilizar en víctimas y agresores
(Caurcel, 2009).
Cuando se refiere a la agresión
proactiva, también conocida como agresión instrumental, Chaux (2003) apunta que
para que tenga un lugar no es necesario
que exista algún "desencadenante" si no que aparece como medio para
conseguir algún objetivo o recompensa. En esta línea, Andreu, Ramirez y Raine,
(2006, p.28) afirman que "(...) está
caracterizada por el predominio de comportamientos cognitivos e
intencionales". Del mismo modo, Cerezo (2009, p.25) establece que
"(...) para muchos investigadores, la agresión instrumental es una forma
de ganar poder y dama de forma premeditada, fría y carente de emoción".
Por su parte, Ortega, Sánchez y Menesini
(2002, p.38) hablan de la desconexión moral "(...) el individuo
tiene mecanismos para activar y desactivar selectivamente el comportamiento
reprobable mediante la puesta en ejecución de determinados mecanismos
cognitivos (...) El individuo al parecer hace una lectura rápida de su actuación
y de su comportamiento y reestructura la conducta minimizando los efectos y
manteniendo el individuo dentro de las conductas socialmente aceptables. Cuando
se desactivan estos controles existe una desconexión que según Bandura le llama
mecanismo de desconexión moral".
Bushman y Anderson (2001)
Incluyen otros aspectos a tener en consideración. En primer lugar, que la
respuesta a una provocación no es necesariamente impulsiva, Y segundo, la
respuesta para conseguir un objetivo no es necesariamente ejecutado a sangre fría
y premeditadamente. De todos modos, según algunos autores la agresión reactiva
está estrechamente relacionada con la proactiva, y no hay forma de distinguir
claramente entre ambos tipos (Doge y Coie, 1987; Dodge et al., 1997), en
cualquier caso, tanto la agresión proactiva como la reactiva entran vinculada a
la tendencia para maltratar a iguales,
si bien la agresión reactiva está más estrechamente ligada con niveles altos de
victimización, trastornos negativistas-desafiantes y déficit de atención.
Siguiendo a Muñoz-Delgado J. Agresión
y Violencia. Herder, (2010) plantea la conducta agresiva de la siguiente manera.
Agresión: Intentos de infligir un
estímulo nocivo o conducta destructiva hacia otro. Atacar o huir con el
objetivo de sobrevivir.
Violencia: Conducta agresiva con intención
expresa de dañar, frecuentemente relacionada a una alteración neurobiológica.
- Agresión impulsiva: Respuesta súbita, no planteada y exagerada ante un estímulo menor, Atacar poniendo en medias las emociones de forma impulsiva, sin medir las consecuencias.
- Agresión predatoria: deliberadamente planeada y ejecutada, no hay una emoción fuerte para violentar ante alguien, relacionado con mentes criminales.
1.1. Definición de violencia
Expresión de hostilidad y rabia
por medio de fuerza física dirigida contra personas o cosas. Agresión en forma
extrema e inaceptable, sin justificación dado que hay otras formas más
constructivas y humanas de expresar el enojo. El lenguaje que se maneja en estos
casos incluyen además, otros términos, rabia, enojo, agresión, emoción, afecto,
que también requieren ser definidos en forma precisas.
Rabia: Estado emocional
caracterizado por enojo violento, incontrolable, intenso, con disposición
corporal hacia el ataque. Combinación de afecto y conducta que se muestra por medio
de amenaza verbal y corporal, expresión fácil hostil. Es una respuesta asociada
a la frustración, que si se provoca puede resultar en violencia.
Enojo: Estado emocional de
desagrado, generalmente de antagonismo, que se manifiesta con tensión y hostilidad
causadas por la frustración, real o imaginada, desprecio o amenaza, injusticia.
Se asocia con respuesta visceral: Taquicardia, hipertensión, taquipnea, sudoración,
e hiperglicemia; forma parte de la reacción de alarma" para el ataque o
la huida. LA conducta varía de la inatención causal a la violencia verbal o física.
Agresión: Conducta de enojo,
espontanea o motivada, individual o gregaria, que atenta contra la integridad física
o psicológica de otro(s) con intento de equilibrar la especie, selección de jerarquía
y defensa del grupo. Aparece en individuos normales o con patologías del SNC,
por ejemplo, en la epilepsia del lóbulo temporal por lesiones de la amígdala,
la llamada "furia epiléptica".
Emoción: Acción o movimiento,
subjetivo y objetivo. Visible a quienes nos rodean, dado que ocurren en la
cara, en la voz, en conductas específicas, algunos de los componentes de la emoción
no son visibles a primera vista, pero lo son con un sondeo científico, tales
como determinación hormonal, y patrones de ondas en el Reglas emociones se
expresan "en el teatro del cuerpo."
Sentimiento: Afecto, evento implícito
en y generado por la emociones, por otro lado, subjetivo, siempre oculto, como
debe ser toda imagen mental, invisible para todos excepto para el que lo genera,
es la propiedad más privada de la persona en cuyo cerebro se genera. Los
sentimientos "actúan en el teatro de la mente." Pueden ser agradables
o desagradables.
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Figura 1: Corte sagital del encéfalo. Señala las estructuras que participan en la generación de conductas violentas. |
2. Córtex frontal y su relación con
las conductas sociales
Para comprender el funcionamiento
de la corteza frontal y su relación con las conductas delictivas, se hace
indispensable traer a mención el caso de Phineas Cage (1848), un obrero capataz
ferroviario, el cual dirigía un equipo de demolición, y en el momento de hacer
explotar una ladera de una montaña en Estados Unidos, para instalas unas vías
ferroviarias, tuvo un accidente, falta que le provocó una lesión irreversible en
el córtex frontal; una barra de hierro de casi un metro de longitud, perforo su
cabeza por debajo del pómulo del ojo izquierdo y salió por la parte superior del córtex
frontal. Al respecto los testigos del hecho afirmaron que simplemente cayó al
piso y experimento algunas convulsiones, pero en muy poco tiempo se encontraba
alerta y en uso de sus facultades
racionales. El sorprendente de este hecho es que los médicos pudieron constatar
que no perdió sus habilidades motoras, ni tampoco se afectó su lenguaje, tenía
plena memoria y recobro sus procesos cognitivos de una forma plena.
No obstante es necesario precisar
que a pesar de no haber cambiado los aspectos anteriores, su personalidad y su
vida psíquica, si origino grandes cambios. Para el Dr. John Harlow "Este
paciente ha perdido el equilibrio entre sus facultad intelectual y sus
propensiones animales" (citado por Dispenza, 2007:342).
Este obrero antes del accidente tenía
muchas habilidades físicas y admirables rasgos de personalidad, era
inteligente, sensato, ético, cumplidor del deber y respetuoso con sus
compañeras. Sin embargo, posterior al
accidente dicho obrero se volvió irresponsable, impulsivo, agresivo y altamente
irrespetuoso con sus compañeras de trabajo. Hay que decir que 161 años después,
algunos neurólogos actuales han podido aislar las regiones cerebrales del córtex
frontal que origino el cambio de la personalidad de Phineas Gage inclusive se
ha reconstruido la lesión de Gage a través de la tecnología de neuroimagenes, demostrando
que se había dañado la parte interna de ambas cortezas frontales. Para las
neurociencias de la última década la región del córtex frontal, básicamente se
encuentra diseñado para ser el refugio de la cognición, del pensamiento de alto
nivel, para los procesos de planeación a largo plazo, es decir es una zona de
control ejecutivo de la mayoría de los procesos cerebrales más desarrollados a
nivel evolutivo, también se encarga de regular la agresión y los impulsos
violentos cuando las señales neurocerebrales que van desde el tálamo a la amígdala,
se desvía al córtex frontal para generar procesos relacionados con la
racionalidad, la lógica, la ética, la moral y la conciencia humana. Recordemos
que para Rodolfo Ilinás la conciencia es producto del dialogo que existe entre
el tálamo y el córtex frontal, mediado por los sentidos.
Por otra parte para Joe Dispenza,
"el lóbulo frontal es responsable de las elecciones y acciones
conscientes, voluntarias, intencionales y deliberadas que llevamos a cabo innumerable
de veces todos los días. El lóbulo frontal es como un director frente a una
inmensa orquesta. Tiene conexiones directas, por lo tanto controla como opera
el resto del cerebro" (citado por Dispenza 2007:349).
Otras de las funciones que
competen al lóbulo frontal y es de mucha importancia, es que logran inhibir la
conducta ocasional a través de un procesos que la ciencia lo denominan control del
impulso, el cual impide que nuestras acciones sean llevadas a cabo, lo mismo
que nuestros pensamientos sin pensar en las consecuencias. Esta es la razón por
la cual los adolescentes delictivos y no delictivos sean demasiado impulsivos,
debido a que el lóbulo frontal se madura neurobiológicamente a los 25 años de
edad.
En la adolescencia no solo los
sujetos son inundados por una cascada de hormonas, sino que también carecen de
los tipos de control de impulsos que tienen los adultos. Lo anterior también incide
en los procesos cognitivos complejos.
3. De cabeza al hipotálamo:
Neurobiología de la violencia
La agresividad es un rasgo
biológico del ser humano y constituye una herramienta al servicio de la
supervivencia de la especie, que sin esta característica no hubiera podido
evolucionar ni perpetuarse como tal. Pero, ¿cuáles son los resortes
fisiológicos que condicionan nuestra conducta? ¿Qué mecanismos neuronales
determinan el grado de agresividad de un individuo o el paso a un
comportamiento violento?
Como se ha señalado, las
emociones que producen un comportamiento específico se originan en determinadas
áreas del cerebro y son el resultado de reacciones electroquímicas dentro de su
intrincada red neuronal. Las emociones están condicionadas por la actividad en
el tálamo, en el mismo centro del cerebro; en el hipotálamo, justamente debajo
de aquél; en el sistema límbico, y en el sistema reticular.
Los sistemas neuroendocrino,
neuroinmune, neurovegetativo, los ritmos circadianos, todos ellos con sede en
el sistema límbico, están directamente influenciados por las emociones, y buena
prueba de ello es que actualmente la práctica totalidad de los psicofármacos se
dirigen a actuar en el sistema límbico.
Pero concretamente, las bases
neurobiológicas de la agresividad se hallan en la corteza prefrontal y en la
amígdala del cerebro, considerada como la estructura dominante en la modulación
de la violencia. La amígdala y el hipotálamo trabajan en estrecha armonía, y el
comportamiento de ataque o agresión puede ser acelerado o retardado según sea
la interacción entre estas dos estructuras. Del mismo modo, se ha comprobado en
laboratorio que el estímulo eléctrico de la amígdala aumenta todos los tipos de
comportamiento agresivo en los animales y hay signos que sugieren una reacción
similar en seres humanos.
Por otra parte, estudios
realizados en distintas regiones del córtex prefrontal del cerebro, sobre áreas
específicas de control de las emociones negativas, han puesto de manifiesto la
interrelación entre el córtex frontal orbital, el córtex anterior cingular y la
amígdala.
Algunos científicos sostienen que
la corteza prefrontal actúa como freno ante los impulsos agresivos y así
parecen confirmarlo los experimentos realizados con gatos, que dejaron de
atacar a los ratones al recibir un estímulo en esa área. Así queda establecido
que, mientras el córtex frontal orbital desempeña una función decisiva en el
freno de impulsividad, el córtex anterior cingular moviliza a otras regiones
del cerebro en la respuesta frente al conflicto.
En este sentido, resultan también
aclaratorias las investigaciones con humanos que relacionan la violencia con
lesiones producidas en esa zona. Estas investigaciones concluyeron que personas
violentas, psicópatas y gente condenada por asesinato tenían una reducida
actividad en la corteza prefrontal. A pesar de estas confirmaciones no hay que
olvidar que también existen muchas personas con daños en la corteza prefrontal
que no cometen actos violentos.
4. Neuroquímica de la agresividad
Según se ha demostrado en
investigaciones con monos, los niveles de serotonina en el organismo tienen una
influencia directa sobre los estados de ánimo. Agotando sus niveles de este
neurotransmisor aumentaba su comportamiento violento, mientras que al
incrementar los niveles de serotonina se reducía la agresión favoreciendo las
interacciones pacíficas con otros individuos.
En humanos con conductas de
agresión impulsiva se ha comprobado lo mismo e incluso se han detectado niveles
bajos de serotonina en el líquido espinal cerebral de individuos que se
suicidaron de una manera violenta. Aunque estos resultados presentan una
correlación interesante, aún no se comprende bien la relación causa efecto,
pues cabe también la posibilidad de que el propio comportamiento agresivo
induzca niveles bajos de serotonina y no a la inversa.
Además de la serotonina, otros
neurotransmisores implicados en el gobierno de las emociones son las
endorfinas, la acetilcolina, la noradrenalina, la dopamina y el ácido
gama-amino-butírico (GABA). En concreto, la impulsividad y el descontrol
emocional se relacionan también con un déficit de endorfinas. Con el
descubrimiento en 1975 de las endorfinas (morfinas endógenas) nacieron también
las técnicas de estimulación química para experimentación. Estas técnicas consisten
en la estimulación de determinados circuitos de las redes neurales del cerebro
con la inyección de diversas sustancias químicas con el fin de producir
diferentes respuestas emocionales.
Se ha observado así que los
animales muestran patrones de conducta muy similares a los del hombre y pueden,
por ejemplo, aprender rápidamente a mover una palanca para recibir inyecciones
de sustancias adictivas, como opiáceos, barbitúricos, alcohol, cocaína, etc.
Por su lado, las glándulas
endocrinas de secreción interna también son capaces de liberar sustancias,
hormonas, que influyen en la conducta emocional del individuo, como la hormona
del crecimiento, la tirotropina, las gonadotropinas, los estrógenos, la
progesterona y, en lo que atañe a la agresividad, especialmente la testosterona
y la vasopresina.
5. Estrés y violencia
Estrés un término que define las
respuestas fisiológicas y conductuales
que el organismo presenta ante estimulación aversiva con el propósito de adaptarse a las condiciones cambiantes del
medio. La respuesta fisiológica de estrés, controlada por el eje hipotálamo
-hipófisis- glándula suprarrenal, se
caracteriza por aumento en la
liberación de varias hormonas al torrente sanguíneo, entre ellas los
glucocorticoides, sintetizador por la porción más externa o corteza de la
glándula suprarrenal, y la adrenalina, liberada por la parte central o medular
de la misma glándula. Las respuestas conductuales de estrés permiten al
organismo lidiar con la situación aversiva en una de dos formas: pelear o huir,
según las características y posibilidad de adaptación a la situación de estrés.
La respuesta de estrés, fisiológica
y conductual, está regulada por el sistema nervioso central SNC, especialmente
por aquellas regiones a cargo del funcionamiento óptimo del organismo y así
propiciar el mantenimiento del equilibrio interno (homeostasis).
Entre las regiones implicadas en
el control de la respuesta al estrés se encuentran el núcleo paraventricular
del hipotálamo, que se localiza en las pareces del tercer ventrículo cerebral,
y estructuras del sistema límbico. El sistema límbico, como encargado del
procesamiento emocional, participa en la regulación de las respuestas fisiológicas
y conductuales de estrés. Las principales regiones límbicas que participan en
la respuesta de estrés son la amígdala, el hipocampo, las cortezas del cíngulo
y orbitofrontal.
En individuos adolescentes y
adultos se ha observado que el estrés contribuye sustancialmente al aumento en
la violencia y agresión en el trabajo, escuela y hogar.
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Figura 2 : Diagrama que ilustra las interconexiones entre las estructuras neurales que participan en la génesis de la conducta violenta y su relación con el estrés. |
6. Sistema serotoninérgico
En la actualidad, las
conceptualizaciones sobre la violencia se basan en la teoría de la
neurotransmisión múltiple, en la que un complejo sistema neural y diversas
sustancias químicas están implicados en la regulación de las conductas
violentas.
Algunas de estas sustancias neuroquímicas que
realizan tan importante papel en la modulación de la violencia son: las
catecolaminas, la serotonina (5-HT), el glutamato y los GABA, entre otros. Pero
sin duda la 5-HT es el principal neurotransmisor relacionado con la agresión y
la violencia, por lo que nos centraremos en ésta en el presente trabajo.
La 5-HT es producida en los
núcleos del Rafe y desde ahí es enviada a través de las vías serotoninérgicas a
numerosas regiones del encéfalo. Esta sustancia forma parte de la regulación de
emociones y conductas como el estado de ánimo, el ciclo de sueño-vigilia y la
conducta agresiva. Se relacionan unos altos niveles de serotonina con una baja
violencia e impulsividad y al contrario, mientras que una disminución de los
niveles de ésta aumenta la frecuencia e intensidad de reacciones agresivas,
antisociales y sobre todo las de tipo impulsivo.
Durante más de 40 años se ha
postulado como imprescindible la necesidad de controlar la agresividad y los
rasgos impulsivos en muchas especies animales y en los humanos (Kravitz y
Huber, 2003). Para ello es necesario conocer los receptores serotoninérgicos,
los cuales se han expresado en zonas específicas del SNC (en la tabla 1
encontramos una clasificación de las áreas cerebrales y el papel de la
serotonina en ellos).
La 5-HT actúa como agonista en la supresión de
conductas agresivas en los receptores 5-HT2, por lo tanto un déficit de ésta
provocaría o favorecería una desinhibición o incremento de la conducta agresiva
frente a la provocación.
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Tabla 1: Clasificación de áreas cerebrales y la función de la serotonina. |
7. Alimentación y agresividad
Existen indicios fundados de que
ciertos productos alimentarios presentes en la dieta occidental, asociados a la carencia de vitaminas,
minerales y ácidos grasos esenciales, favorecen a la conducta violenta.
Efectivamente, existen alimentos
que influyen en la conducta, causan algunas reacciones alérgicas y modifican el
nivel de glucosa (azúcar) en la sangre, lo cual puede afectar considerablemente
el estado emocional.
Un ejemplo es el chocolate, que
en pequeñas cantidades es formidable promotor del optimismo y la felicidad, pero
que si se consume en exceso puede generar angustia, ya que este producto es
rico en sustancias como cafeína, teobromina
y otras que irritan el hipotálamo (región del cerebro que controla la función
de las glándulas).
La relación entre la alimentación
y el carácter o la conducta ha sido objeto de controversia entre los
científicos desde hace siglos, a pesar de que está clara para la sabiduría
popular. Solo desde hace unas décadas, se
han empezado a publicar estudios que muestran una relación objetiva entre lo
que se come y lo que se es.
Uno de los primeros pasos para
confirmar que ciertos alimentos pueden favorecer la conducta violenta, se dio
en la Universidad de Wales Swansea (Reino Unido). Allí se ha comprobado que las
dietas de eliminación, en las que se suprimen ciertos productos
"sospechosos", reducen la agresividad.
Entre los productos sospechosos
que pueden favorecer la hiperactividad e incluso la conducta violenta, destacan
los siguientes:
- Ciertos aditivos artificiales (principalmente los colorantes).
- Los alimentos procesados industrialmente.
- Los azúcares refinados.
- Las carnes.
- Las bebidas alcohólicas.
Del mismo modo, se puede apreciar
que la deficiencia de vitamina B6 (presente en alimentos ricos en azúcares
refinados, aditivos y colorantes) a nivel del cerebro puede desencadenar
conductas agresivas e hiperactividad. Sustancias estimulantes como la
cocaína y en menor grado la cafeína.
Se sabe, asimismo, que algunos
casos de neurosis (conjunto de enfermedades que afectan al sistema nervioso) se
relacionan estrechamente con la presencia de toxinas de origen animal que se
forman en el colon, provocando en primera instancia problemas de estreñimiento
que repercuten directamente en el intestino, el cual se ve obligado a alterar
su capacidad de autoprotección, de forma que las sustancias producidas por el
colon tienen que moverse hacia otras partes del organismo, con repercusiones
graves en el estado de ánimo de la persona afectada.
De la misma manera, la carencia
de ciertas vitaminas y minerales ocasiona diversos trastornos, por ejemplo, la falta de potasio provoca cansancio y
confusión, si no consumimos magnesio estaremos apáticos y débiles, mientras que si carecemos de vitamina B12
podemos padecer una degeneración del sistema nervioso. Asimismo, fatiga y
depresión se presentan cuando no hay suficiente cantidad de niacina (vitamina
B3), la cual ayuda a eliminar los depósitos tóxicos del organismo.
Si la eliminación de un producto
de la dieta es capaz de mejorar la conducta de una persona agresiva, queda
confirmada la relación entre la alimentación y la violencia.
Aunque faltan aún muchas
investigaciones, con lo que ya se sabe sería suficiente como para al menos
contribuir a frenar el incremento de la violencia y de la agresividad en el
mundo.
Hipoglucemia
Estudios realizados en la
Universidad de Helsinki muestran que las personas agresivas tienen una menor tolerancia a la glucosa, y sufren hipoglucemia
reactiva después del consumo de azúcares. Además, presentan niveles bajos de serotonina en el cerebro.
Ambas alteraciones se potencian por el consumo de bebidas alcohólicas.
La hipoglucemia o bajo nivel de
glucosa en la sangre, puede producirse como una reacción tras el consumo de productos ricos en azúcares refinados y
pobres en fibra, tales como los dulces, pasteles y caramelos. Se ha visto que
ciertas personas son más sensibles al aumento en el nivel de glucosa causado
por los productos dulces, y reaccionan con un descenso más acusado. Estas
fluctuaciones en el nivel de glucosa en sangre, favorecen la conducta agresiva.
De acuerdo con estas
investigaciones, las personas que tengan tendencia a la conducta agresiva o
violenta, deberían:
Evitar especialmente la combinación de
azúcares refinados y alcohol.
Aumentar la ingesta de alimentos
ricos en triptófano, precursor de la serotonina (Buenas fuentes de triptófano son los porotos,
frijoles o judías y otras legumbres, así como los frutos secos y los cereales integrales)
Carencia de vitaminas y minerales
Uno de los estudios más
relevantes lo desarrolló la Universidad de Oxford con presos de cárceles del
Reino Unido: Los que recibieron suplementos de vitaminas, minerales y ácidos
grasos esenciales durante al menos dos semanas, cometieron un 35% menos de infracciones o
delitos que sus compañeros de prisión.
Los investigadores de este
estudio concluyeron que una alimentación deficitaria en vitaminas, minerales y
ácidos grasos esenciales, como la típica
comida rápida, favorece la conducta antisocial y violenta.
Otro estudio realizado por la
Universidad del Estado de California (Estados Unidos) con jóvenes de 13 a 26
años internados en reformatorios,
confirma que una alimentación equilibrada según las recomendaciones de la OMS, y rica en vitaminas y minerales, reduce a la
mitad los casos de conducta antisocial.
Carencia de ácidos grasos
esenciales
Los ácidos grasos esenciales son
grasas que el cuerpo no puede producir a partir de otras, y por tanto, deben
ser ingeridas con la alimentación.
Estas grasas esenciales son
necesarias para formar las membranas de las neuronas. Se conocen dos tipos de ácidos grasos esenciales, ambos
poliinsaturados:
Ácidos grasos omega-3: El más importante es el
ácido alfal-linolénico (18:3), conocido por las siglas ALA. Las principales fuentes
alimentarias del ácido graso esencial alfa-linoléico (ALA) son:
- Semillas de lino.
- Nueces y otros frutos secos.
- Soja (semillas, aceite y leche de soja, pero no en los extractos de proteína de soja).
- Ciertas verduras de hoja como la hierba de los canónigos (Valerianella locusta, lechuga silvestre que crece en muchos campos de Europa) y la verdolaga (Portulaca oleracea).
- Leche materna.
Ácidos grasos omega-6: El más
importante es el ácido linoléico (18:2), que se encuentra en toda clase de
frutos secos y semillas (girasol, maíz, calabaza, etc.).
Se sabe que la carencia de estos
ácidos grasos esenciales, presentes principalmente en los frutos secos, las
semillas y otros alimentos vegetales, favorece la conducta agresiva y violenta. La carencia de omega-3 también
favorece la depresión.
Una dieta para cada necesidad
En caso de estar estresado, lo
mejor es combinar una alimentación de carbohidratos complejos (los puede obtener de macarrones, espagueti,
pan, arroz, legumbres y papas) con vitaminas del complejo B (verduras de hoja verde, frutas frescas y
cereales integrales), vitamina C (naranja, guayaba, toronja) y zinc, que se
encuentra en hígado, carne roja, yema de huevo, productos lácteos y mariscos.
Esta dieta, siempre con medida,
te ayudará a prevenir infecciones provocadas por el debilitamiento del sistema
inmunológico (aquel que nos defiende del ataque de bacterias y virus), reducirá
la fatiga y ofrecerá efecto sedante que lo mantendrá tranquilo y relajado.
Si estás pasando por un periodo
de melancolía y nostalgia, es recomendable consumir productos lácteos (leche, queso, yogurt), carne magra (sin
grasa), huevos, aves, pescados y mariscos, vísceras, chícharos, frutas como melón y naranja, así como verduras
frescas, como espárragos, brócoli, col y lentejas, cereales, pasta, papas, arroz, pan y dulces, como chocolate y
miel. Todos estos alimentos contienen proteínas, vitamina B6 y carbohidratos, que nos ayudarán, en primer
lugar, a subir el ánimo, debido a un aminoácido llamado triptófano, que estimula la producción de serotonina
(sustancia que se utiliza en el tratamiento de la depresión); la vitamina referida nos puede ayudar a
combatir la tristeza, en tanto que los carbohidratos producen sensación de bienestar.
Por otro lado, si te encuentras
en estado de ansiedad, lo mejor es que comas fruta fresca, especialmente
naranjas y limones. También se sugiere
consumir vitaminas del complejo B, que se encuentran en carne, huevos, queso,
nueces y verduras de hoja verde, como
espinacas y acelgas, además de bebidas lácteas dulces; todo esto para reducir
el efecto que produce la carencia de
vitamina C y vitamina B6 (similar al estado de estrés). Tomar un vaso con leche
y azúcar ayuda, ya que contiene triptófano y carbohidratos simples, que calman la mente y
brindan sueño realmente efectivo.
Si te sientes falto de energía,
será benéfico añadir a tu régimen alimenticio carne roja, hígado, sardinas,
mariscos, cacahuates, verduras de hojas
verdes como brócoli, coles de Bruselas, espinacas, así como pastas, pan
integral, pollo, pescado, productos lácteos y huevos, alimentos con los que
obtendrás zinc y aumentará tu energía, hierro,
que te ayudará a prevenir anemia y carbohidratos para aumentar su sensación de
bienestar.
Sin embargo, ten cuidado de no
consumir carbohidratos refinados, presentes en galletas, caramelos y pasteles,
ya que en vez de proporcionar energía causan fatiga.
Si eres de las personas con
notables variaciones en el estado de ánimo, es decir, que por momentos te
sientes muy bien y repentinamente decaes, tal vez requieras de alimentos que
contengan carbohidratos complejos, como legumbres (frijoles y lentejas),
cereales integrales y frutas, así como vitaminas del complejo B (papas, frutas
frescas, cereales integrales, huevos, carne magra, hígado y aves).
Por último, si estás irritado y
necesita calmarte, puedes comer cereales, leche, galletas y miel en el
desayuno, y pasta, arroz, pan, legumbres y papas a lo largo del día; todos
estos alimentos contienen carbohidratos, que aumentan los niveles de serotonina
y logran efecto sedante en los nervios. Si también consumes arroz integral,
yema de huevo, pescado, frutas secas, plátanos, aves, vísceras, soya, cereales
integrales, productos lácteos y levadura de cerveza, tu cuerpo recibirá
vitaminas del complejo B, con lo cual podrá elevar el ánimo y reducir la
ansiedad. Así las cosas, una dieta
balanceada nos ayudará a desintoxicar nuestra mente y nos dará la energía
suficiente para impedir que la depresión y el estrés se apoderen de nuestra
vida. Vacúnate hoy contra el mal humor, simplemente... come bien.
Conclusión:
Los diversos trastornos donde se
presenta conductas violentas están enfocadas en lesiones en el córtex frontal así
como en su estado no tan desarrollado en la adolescencia hasta los 25-30 años
de edad, y la amígdala por el sistema límbico , es toda una red neuronal donde
se estable la conducta así como la segregación de hormonas a un nivel correcto
para inhibir estas conductas, la
sociedad, la pobreza, la nutrición, también influye como factores endógenos, el
clima de trabajo, el clima familiar es fundamental. No podemos ser reduccionistas
y expresar que podemos frenar las conductas agresivas solo con conocer cómo se
producen estas en nuestras regiones y conexiones cerebrales. El miedo nos
genera emociones agresivas, si alguna vez fuiste atacado o te vieron mal, es
seguro que es por el factor miedo de la otra persona.
Fuentes:
http://s3.amazonaws.com/academia.edu.documents/33252358/tlb.pdf?AWSAccessKeyId=AKIAIWOWYYGZ2Y53UL3A&Expires=1496164647&Signature=w46SLW0sOhDsNi0o%2FrIE4qy3INY%3D&response-content-disposition=inline%3B%20filename%3DFunciones_Ejecutivas_y_Trastornos_del_Lo.pdf
http://www.juconicomparte.org/recursos/Cerebro_diseniado_para_la_violencia_arm6.pdf
Dialnet-LaNeurocienciaYLasConductasViolentas-3730998%20.pdf
Tesis doctoral, tesis doctoral actitudes, emociones y abribuciones morales en realcion con conductas agresivas en el contexto escolar en alumnos de 10 a 17 años, utilizando el cuestionario scan bullying Rosaura Gutiérrez Valerio de May
http://www.saludymedicinas.com.mx/centros-de-salud/salud-mental/consejos-alimenticios/alimentos-para-combatir-mal-humor-y-depresion.html
http://www.curiosidadesnutritivas.com/2011/01/alimentacion-y-agresividad.html
http://dspace.umh.es/bitstream/11000/2566/1/L%C3%B3pez%20Moreno%20_%20Paloma.pdf
http://revmexneuroci.com/wp-content/uploads/2014/06/Nm062-08.pdf
Fuentes:
http://s3.amazonaws.com/academia.edu.documents/33252358/tlb.pdf?AWSAccessKeyId=AKIAIWOWYYGZ2Y53UL3A&Expires=1496164647&Signature=w46SLW0sOhDsNi0o%2FrIE4qy3INY%3D&response-content-disposition=inline%3B%20filename%3DFunciones_Ejecutivas_y_Trastornos_del_Lo.pdf
http://www.juconicomparte.org/recursos/Cerebro_diseniado_para_la_violencia_arm6.pdf
Dialnet-LaNeurocienciaYLasConductasViolentas-3730998%20.pdf
Tesis doctoral, tesis doctoral actitudes, emociones y abribuciones morales en realcion con conductas agresivas en el contexto escolar en alumnos de 10 a 17 años, utilizando el cuestionario scan bullying Rosaura Gutiérrez Valerio de May
http://www.saludymedicinas.com.mx/centros-de-salud/salud-mental/consejos-alimenticios/alimentos-para-combatir-mal-humor-y-depresion.html
http://www.curiosidadesnutritivas.com/2011/01/alimentacion-y-agresividad.html
http://dspace.umh.es/bitstream/11000/2566/1/L%C3%B3pez%20Moreno%20_%20Paloma.pdf
http://revmexneuroci.com/wp-content/uploads/2014/06/Nm062-08.pdf
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